En mi casa hay pelusas
Sí, sí. Tal y como lo digo. En mi casa hay pelusas.
Ante semejante invasión había dos opciones, o enfrentarse a ellas y vencerlas con la escoba, o adoptarlas y darles nombre.
Siguiendo la ley del mínimo esfuerzo decidí darles bautismo y quedármelas. Os presento a Pelu y a Lusa, las nuevas habitantes de la casa.
Lo siguiente será castrarlas, claro.
Ante semejante invasión había dos opciones, o enfrentarse a ellas y vencerlas con la escoba, o adoptarlas y darles nombre.
Siguiendo la ley del mínimo esfuerzo decidí darles bautismo y quedármelas. Os presento a Pelu y a Lusa, las nuevas habitantes de la casa.
Lo siguiente será castrarlas, claro.