Crónicas de Gatobonzo

viernes, noviembre 11, 2005

El hombre, en peligro de extinción

De tanto escuchar al "foso" de la familia alertar sobre el peligro que ésta corre ante la legalización del matrimonio homosexual, me fueron surgiendo varias ideas.

La primera y más inmediata fue respecto a si la familia estaba en peligro. Para comprobarlo, hice mi estudio de campo en los centros comerciales y las calles. Viendo que estaban llenos de parejas con niños concluí que no era cierto, no nos estamos dejando de emparejar ni de reproducir. Otra cosa es que sean parejas sin amor, o que en un plazo indeterminado se separen pero parir, lo que se dice parir, paren.

La segunda idea me vino al respecto de lo de las pirámides de población, la población activa, y la garantía de las pensiones. Volvi a salir a la calle, y viendo la cantidad de inmigrantes en edad de engendrar, y de lo prolíficos que nos han salido, concluí que no había riesgo para mi pensión.

Como tercera idea se me ocurrió que, si no se tienen hijos en España no pasa nada, se importan del extranjero, a ser posible con padres y todo. De paso se le daría comida y educación a un montón de críos que ya han nacido.

Siguiendo el anterior razonamiento tomé consciencia de que lo que realmente preocupa a la derecha de los países desarrollados no es la baja natalidad, sino el hecho de que sean los extranjeros los que se reproduzcan. Mantener la superioridad numérica garantiza la mayoría representativa en el poder y, con ello, seguir manejando el timón.


En conclusión, que la desigualdad entre el Primer y el Tercer mundo parece ser lo que dota al primero de su nivel de vida pero, si el Tercer mundo se viene al Primero y tiene voz y voto, lo mismo les da por empezar con lo del comercio justo.

Sigamos consumiendo y escuchando la COPE. Así no nos olvidamos de que existe una realidad paralela, ajena a la auténtica.