Me falta el gen de la sal.
Siempre me falla la sal. No sé darle el punto, lo reconozco.
Desde antes de la adolescencia ya le empecé yo a dar a eso de los fogones, pero ni con esas he aprendido a sazonar la comida en su punto justo. Siempre me quedo corto, como si barruntase un futuro de hipertensión y privaciones.
Mi madre tiene el mismo problema. ¿Será algo genético? Tendré que hacer que me lo miren.
Los ritmos de vida actuales tampoco me ayudan a corregir la carencia. Tantas horas de microondas no son precisamente un master culinario.
Tendré que practicar con barreños de agua de distinto tamaño. A ver si así me calibro el ojo a eso del salero.
Lo voy a apuntar en la pizarra de la nevera, no vaya a ser que se me olvide.
2 comentarios:
No miníno, no te falta el gen de la sal, lo que te pasa es que hiciste muchas pellas en la clase que física y química para concentrarte en Faulkner.
No te culpo, todos los libros de receta españoles, son muy vagos en relación a la sal, p.e.: "a gusto", "una pizca", una "cucharadita", etc.
Te recomiendo el "New cook book" de Better Homes, manita de santo, "pa" tontos vamos, te dice exactamente la medida de sal (y de todo). Que haría yo sin el.
De Anónimo, A las lunes, julio 17, 2006 8:06:00 a. m.
¡Ya se porqué te pasa con la sal! ¡Salao que eres!
De Anónimo, A las jueves, septiembre 07, 2006 3:55:00 p. m.
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